miércoles, 9 de enero de 2008

La Reina de los nudos


Es curioso como a veces unimos historias de la manera más tonta que se pueda imaginar... A veces, según el día, dices una palabra y la relacionas con cosas diferentes, por ejemplo, hace dos años, si me decían "castor", habría respondido "río", ahora... "pffffffffffffffffffff" (Lo siento para quien no lo entienda, si cuando me veis me preguntais, con un solo gesto entendereis todo)


Chris Miller escribió dos post en su blog (ya te dije que me des el nombre de nuevo que sino, no puedo entrar), sólo fui capaz de leer el primero, "La incomunicación". Muy acertadamente, Chris comentaba que se trata de uno de los grandes males ahora mismo... lo cierto es que en plena época de la tecnología, los móviles, internet, PDA, jpg, xyz... lo que más problemas y guerras crea es la falta de comunicación.


No sé porqué uno una historia con la otra, quizás simplemente tenía ganas de contar las dos, no recuerdo quien decía que lo esencial es invisible a los ojos.


Hay una historia, de esas absurdas que sólo cuentas cuando no hay nada más que decir, pero los silencios tampoco son buenos, una historia que cuentas asi, como diciendo, "mira qué mal estoy, lo que pensaba por entonces!", una historia que llena silencios y hace que la gente te conozca... una historia de las que me gustan.


Pues es una de las tontas fantasías que se me ocurrieron de pequeña (si es que alguna vez se me pudo considerar pequeña). Trás desenredar muchos hilos y cadenas (recuerdo sobre todo la de mi tía Yoya, allá cuando vivíamos en Pruneda 8, o al menos cuando yo pasaba mucho tiempo, aquella cadena de oro con un Cristo que tanto le gustaba; la cadena que una vez perdió y yo encontré entre su ropa tirada en la silla de tijera granate, con lo que me gané no pocas golosinas), no sé qué me pasó, ni que me convenció, pero pensé que una buena manera de ganarse la vida era deshaciendo nudos, cuánta gente había que no tenía la misma destreza que yo, cuántos habrían tirado sus joyas por no poder ponerselas más... Visto ahora, época en la que intentamos aprender hasta chino mandarín para ganarnos la vida, es absurdo, pero es un recuerdo del momento en el que quise ser cantante, y peluquera, y médico forense como Mulder y Scully, la época de los sueños, los amigos invisibles y las buardillas mágicas.


Hace mucho que conté esta historia, no un mucho grande, pero si más de un año, y posiblemente dos... Y me he sorprendido sonriendo cuando esta semana me han dicho "Toma, Reina de los Nudos, a ver si tu puedes".


Creo que es un buen signo que no falte comunicación entre la gente que me rodea

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oooooooooooooooooooo!! reina de los nudos!!! todos tenemos fantasias y dejar volar la imaginacion sintoma saludable de la niñez añorada. Y es cuando (enlazando) nos comunicamos de maneras simples pero no por ello menos eficaces. que seria del pffffffffffff sin los niños que tenemos dentro.
ooooooooooooooooooo!! reina de los nudos!!!


PD: hestoriesdunvieyupais

Yoya dijo...

sorpresas,sorpresas..que te da la vida.He entrado por casualidad y mira por donde ahí estoy...que sepas que el cristo sigue existiendo (no he vuelto a perderlo!)pero con otra cadena en la que ya no se hacen nudos, lo cual es una suerte ya que no te tengo cerca para que los deshagas...sigues siendo increible...ya sabes yo de mayor quiero ser como tu!!!!que te quiero y mucha suerte en tus nuevos sueños...